The Rolling Stones transforma su mitología en sonido como nunca antes.
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Más que concentrarse en sonidos o interpretaciones, Exile on Main St. es una colección de atmósferas. Podemos escuchar a estos jóvenes transpirando en el sótano de una mansión francesa con vista al Mediterráneo, rodeados de drogadictos y aduladores, comiendo langosta en la tarde y trabajando toda la noche. La banda transformó su mitología en sonido como nunca antes. Pero Exile significó también el acercamiento de la banda a la vanguardia; un álbum cuyos supuestos errores (mezcla turbia e interpretaciones dislocadas) evocan un sentimiento que se hubiera disipado ante una estética más convencional.
“Exile on Main St. es el mejor disco de rock 'n' roll de todos los tiempos. No es sólo la banda de rock más genial del mundo recluida en el sur de Francia, en una mansión, siendo increíblemente bella y decadente, sino que se trata de lo que sucede allí y que no se puede oír”.
Por cada “Tumbling Dice” o “Torn and Frayed” (dos de los momentos más coherentes del disco) aparecen un “I Just Want to See His Face” o “Let It Loose”, temas que funcionan menos como ideas terminadas y más como sugerencias elípticas. El blues, que antes era el código de la banda para describir sufrimientos y deseos terrenales, ahora sonaba místico y enigmatico. Su música encarnó la esencia de la confusión que antes se habían limitado a sugerir.