Una heroína del rap y un productor revolucionario crean un debut repleto de éxtasis.
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En 1997, la rapera Missy “Misdemeanor” Elliott y el productor Timothy “Timbaland” Mosley habían creado algunos de los éxitos más progresivos de su época, con temas de un R&B vanguardista para Aaliyah, SWV y otras estrellas. Pero nada podría habernos preparado para el estrellato de Elliott en un universo sonoro que pareciera transportarnos a una fábrica de robots descompuestos, mientras se zambullía en las aguas del funk con un vestuario cool y delirante.
El primer sencillo de Elliott, “The Rain (Supa Dupa Fly)”, la confirmó como estrella del rap: su sonido, exclamaciones excéntricas, tangentes melódicas, pausas y onomatopeyas funcionaban como un portal hacia el éxtasis del pop, y Supa Dupa Fly está repleto de expresiones contestatarias. Divertida y sexualmente agresiva, oscila entre la sensualidad de su canto, risas y efectos sonoros caricaturescos. Elliot se presentó en el mundo del hip-hop como una heroína novedosa y vanguardista.
“No teníamos miedo de tomar riesgos porque nuestros oídos no se habían acostumbrado a ningún sonido en particular. Sólo escuchábamos lo que hacíamos en el estudio, por lo que nos parecía correcto”.
Mientras tanto, Timbaland reconfiguró la producción del hip-hop, generando tracks llenos de risitas y gorjeos adornados con platillos y redobles que trastabillan en momentos inesperados. Combinado con el genio de Missy y su pop artístico, Supa Dupa Fly ejerció una profunda influencia en el hip-hop, R&B y la música electrónica.