Música compleja para una realidad sencilla.
Pet Sounds
The Beach Boys
20
Los arreglos de Brian Wilson introdujeron en la música rock una complejidad hasta entonces desconocida, pero también capturaron una verdad poética: cuando eres joven, todo te afecta con la fuerza de una orquesta. En un momento en el que bandas como The Velvet Underground empezaban a utilizar el pop para abordar realidades desgarradoras, Pet Sounds encontraba inspiración en los clásicos de los años 30, los sonidos exóticos de los 50, el viejo Hollywood y los inicios de la televisión. A pesar de la naturaleza sagrada del álbum (Brian se referiría a Smile, su siguiente proyecto, como “una sinfonía adolescente a Dios”), parece natural que el mayor de los Wilson contase con un creativo publicitario, Tony Asher, para ayudarle con las letras. Más allá de su ambición personal, sabía que necesitaba proyectar un mensaje claro, inmediato y universal.
“Realmente hizo que la gente comprendiera que un álbum puede ser un viaje increíble”.
Graham Nash
Quizás la más profunda de las muchas innovaciones de Pet Sounds sea la idea de que la música pop, accesible y extrovertida por naturaleza, podía ser también un vehículo para expresar mundos internos. Las experiencias de Wilson con el LSD no son evidentes a primera vista, pero se le puede oír intentando sacar a la superficie emociones tan profundamente enterradas que buscarlas se convierte en una búsqueda de connotaciones épicas.