Un debut que elevó las rimas sobre el crimen y la cultura callejera a la categoría de arte.
Ready to Die
The Notorious B.I.G.
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El título de Ready to Die (Preparado para morir) refleja no solo la audacia de las rimas que forman el debut de un Christopher Wallace que entonces contaba 22 años, sino también su sensación de que la muerte podía llegar en cualquier momento. Aunque no fue el primer rapero en documentar los placeres y las miserias del tráfico de drogas, el artista, también conocido como The Notorious B.I.G. o Biggie Smalls, transformó el género en un arte tan brutalmente honesto como trascendente.
Desde los primeros versos de la autobiográfica “Things Done Changed”, el submundo criminal y la cultura de Brooklyn cobran vida sin trampa ni cartón. El precio del negocio aparece retratado de manera cruda en el asalto de “Gimme the Loot” y en “Suicidal Thoughts”, que pone fin al álbum con el sonido de Biggie pegándose un tiro.
Sobre el trasfondo de muerte y violencia, sin embargo, también hay espacio para momentos de confianza y sueños por cumplir. “Juicy”, el single que llevó al álbum a lo más alto de las listas, es una carta de amor al hip-hop en forma de narrativa personal a la que pocos, o quizá nadie, se han acercado desde entonces. La forma en la que la producción reluciente y accesible de Ready to Die suaviza la crudeza de su visión callejera abrió el camino por el que después transitarían JAY-Z, 50 Cent y buena parte de las estrellas del rap actual.
“Ready to Die ha resistido el paso del tiempo porque la historia que cuenta sigue siendo la misma”.
DJ Mister Cee
Productor