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Los 100 Mejores Álbumes de Apple Music

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BEYONCÉ

Beyoncé

36

La diva reinventa el paisaje cambiante del pop a su imagen y semejanza.

Cuando el quinto álbum de Beyoncé llegó sin previo aviso al iTunes Store en diciembre de 2013, sacudió los cimientos de la industria del pop. Una de sus mayores estrellas había ignorado por completo los dictados del marketing y la publicidad al anunciar un proyecto de calado el mismo día que veía la luz. Más allá de su insólito lanzamiento, BEYONCÉ tenía todo para convertirse en un clásico instantáneo. A lo largo de sus 14 canciones, la artista expande sus límites artísticos y emocionales con letras que hablan de sus inseguridades, su sexualidad y su felicidad con una voz tan enérgica como versátil.

El sonido del pop estaba cambiando con la llegada de la nueva década, y la influencia electro se hacía sentir en unas listas de éxitos antes dominadas por Beyoncé y otras estrellas cercanas al R&B. Sonase lo que sonase en la radio, BEYONCÉ restableció a la artista y empresaria como potencia del pop capaz de inspirarse en su pasado y su presente para reinventarlo con nuevas reglas.

“Trabajaba sin descanso intentando descifrar el código de Beyoncé”.

Ryan Tedder

Productor

En el álbum encontramos también colaboraciones de altos vuelos, de Drake en la desgarradora “Mine” a Frank Ocean en “Superpower”, una suntuosa producción de Pharrell Williams. Al final, la voluntad de Beyoncé de explorar las fronteras de la música desemboca en un álbum que habita su propio universo, consciente de las tendencias globales, pero sin temor a dejarlas atrás. BEYONCÉ representa un punto de inflexión decisivo para Beyoncé y señala la etapa de su carrera en la que definirá el estrellato del pop a su imagen y semejanza.

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London Calling

The Clash

35

The Clash superan los límites del punk con visión experimental y compromiso político.

The Clash capturaron en sus dos primeros álbumes la esencia del punk británico, un sonido que en 1979 había perdido buena parte de su impulso revolucionario y se les empezaba a quedar pequeño. Fue entonces cuando la banda se instaló en un local improvisado junto a un taller de chapa y pintura y empezó a ensayar versiones de reggae, soul, rockabilly, pub rock y otros géneros con los que la mayoría del público nunca los había asociado. El álbum resultante transformó su anterior concisión estilística en audaz experimentación para superar los límites del punk.

London Calling, que vio la luz a finales del año como álbum doble a precio de sencillo, cubre con irresistible naturalidad un territorio que aún sorprende por su extensión. The Clash suenan alternativamente intensos (“Death or Glory,” “Hateful”) y ligeros (“Revolution Rock,” “Lover’s Rock”) en canciones que hablan de lo público (Joe Strummer en “Clampdown”) y lo privado (Mick Jones en “Train In Vain”). Lo que todas tienen en común es la idea de que nuestras vidas interiores son siempre producto de la realidad que nos rodea. Más allá, el conflicto de la juventud británica enfrentada a un futuro incierto había dejado paso en sus letras a la lucha global de la clase trabajadora.

London Calling de The Clash