El extraño futuro del hip-hop en 63 minutos efervescentes.
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Como si viniesen de Marte, o en su caso las afueras de Long Island, De La Soul aterrizaron en la Tierra en 1988 con “Plug Tunin’”, un maxisingle que mezclaba juegos de palabras endemoniados con los samples más extravagantes jamás escuchados en el hip-hop. Un año después, Trugoy, Posdnuos, DJ P.A. Pasemaster Mase y el productor Prince Paul anticiparon el extraño futuro del hip-hop en los 63 minutos de un debut que prefigura la música de herederos como Outkast o The Roots.
La afición del grupo por bucear en las tiendas de música de segunda mano es evidente en la atmósfera y la textura de canciones que van más allá de las referencias a James Brown y Funkadelic, aunque la elasticidad melódica de los segundos es evidente en “Me Myself and I”, la única incursión de De La Soul en el top 40 estadounidense. El álbum es un caleidoscopio musical en el que conviven Schoolhouse Rock!, Steely Dan, álbumes para aprender francés, Johnny Cash y una casete de Liberace que encontraron en el estudio. Las letras cortan frases y versos en fragmentos expresionistas que van de la poesía al absurdo. Orgullosos de su excentricidad y ataviados con medallones africanos en lugar de las habituales cadenas de oro, De La Soul se convirtieron en modelos de la nueva bohemia del hip-hop alternativo.