Nuevo rock de garaje para una generación atrapada en tiempos difíciles.

Is This It
The Strokes
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Pocos álbumes en la historia moderna del rock pueden igualar el impacto de Is This It en 2001. Sin previo aviso, el rock and roll se volvió más áspero, la nueva generación se dejó crecer el pelo y la vieja americana raída de tu padre se convirtió en prenda imprescindible. Es imposible separar a The Strokes de la ola de bandas de espíritu similar que surgieron con el cambio de milenio en Nueva York (Yeah Yeah Yeahs, Interpol, TV on the Radio) y más allá (The Hives, The White Stripes, The Libertines), pero la mezcla singular de mugre y glamur de su debut sonaba a cambio de guardia.
De manera aún más determinante, patadas en la puerta como “Someday” y “Last Nite” adaptaban los sonidos menos convencionales de las generaciones anteriores, de la arrogancia callejera de Iggy Pop y The Velvet Underground al romanticismo herido de The Smiths y los primeros The Cure, con canciones tan inmediatas como bailables. En un mundo mejor, lo primero que nos vendría a la cabeza al pensar en la Nueva York del otoño de 2001 serían The Strokes. En el nuestro, se convirtieron en el emblema de una generación que intentaba pasarlo bien en el peor de los tiempos posibles.