La reina del hip-hop soul desnuda su alma con la garra y la elegancia del góspel.
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Con What’s the 411?, su debut de 1992, la nueva reina del hip-hop soul había combinado R&B de tono íntimo con la sensibilidad del hip-hop. Dos años después, a los 23, se inspiró en su depresión, sus problemas con las drogas y el alcohol, sus experiencias con la violencia doméstica y la fortaleza espiritual que le ayudó a superarlas para crear el definitivo My Life. Todo ello, mientras intentaba procesar el vertiginoso viaje que la había llevado de las viviendas públicas de Yonkers a la escena global.
Chucky Thompson, heredero del equipo de producción de Hitmen (Bad Boy Records), sazonó los beats con samples de funk y éxitos callejeros, mientras ella ponía la garra y la elegancia del góspel. Su colaboración alcanzó el punto más alto con la sublime “My Life”, en la que Blige canta con melancolía y cierta esperanza sobre un sample de “Everybody Loves the Sunshine” de Roy Ayers. La declaración de principios del álbum, sin embargo, llega al final. “All I really want is to be happy” (Lo único que quiero es ser feliz), dice Blige acompañada de una línea de bajo tomada de “You're So Good to Me” de Curtis Mayfield. “I don’t wanna have to worry about nothin’ no more” (No quiero tener que preocuparme por nada nunca más).
“Estaba pasando por un infierno e intentaba sanarme. El lanzamiento del álbum fue el principio de un cambio”.