Usher Raymond alcanza su expresión definitiva con el ambicioso melodrama de su cuarto LP.
Confessions
USHER
95
Si tenías uso de razón en 2004, seguramente recuerdes la omnipresencia que logró el cuarto álbum de USHER a lo largo del año. Confessions capturaba al artista en su expresión definitiva. Lejos del manto protector de sus productores y mentores, Usher Raymond ya no era un rompecorazones de aire adolescente, sino un artista que había coronado su cima artística.
“Ordeno la honestidad de forma jerárquica. Por un lado, está la genuina honestidad cotidiana. Por otro, las confesiones”.
Usher
El tema que le da título es una fascinante crónica de infidelidad en la que USHER admite su culpa. Su segunda parte, el éxito “Confessions, Pt. II”, complica el melodrama cuando el cantante descubre que la mujer con la que había sido infiel está embarazada de tres meses. “Burn” pone fin a la historia con un lamento por la relación que ha destruido.
Más allá de esta trilogía memorable, el álbum está lleno de momentos únicos. “Yeah!”, una colaboración con Lil Jon y Ludacris, destila el sonido travieso y contundente de la escena de Atlanta a comienzos del milenio, y el mano a mano con Alicia Keys en “My Boo” es uno de los duetos que definieron la década. A pesar de los muchos intentos, pocos álbumes del siglo XXI tienen el aire de leyenda que desprende Confessions.