Un hito del jazz que cambió el alcance y la velocidad de ese arte.
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En 1959, entre la disolución del primer quinteto de Miles Davis y la formación del segundo, el trompetista se aventuró en algo nuevo sin saber que se convertiría en uno de los álbumes más importantes del jazz de todos los tiempos. Las rápidas progresiones del bebop y el post bop requerían que las improvisaciones sortearan obstáculos, algo que Davis conocía perfectamente como sucesor de Dizzy Gillespie en el quinteto de Charlie Parker. Pero en Kind of Blue, la duración entre los acordes era más larga, abriendo espacio en la música: el solista podía tomar un respiro.
“Todavía lo seguimos escuchando como si fuera el disco de jazz más moderno de todos los tiempos”.
Incluso cuando Miles bajó la radicalidad, introdujo nuevas texturas y colores tonales, basándose en el pensamiento armónico de Gil Evans y George Russell, o incluso de Debussy y Satie. En ese sentido, el álbum fue una continuación de Birth of the Cool, grabado 10 años antes, y quizás un presagio del etéreo In a Silent Way 10 años después. Las baladas, “Blue In Green” y “Flamenco Sketches”, son ejemplos clave del trabajo de Davis con la sordina Harmon produciendo el sonido metálico e íntimo que los trompetistas de jazz han emulado desde entonces.