Con la vulnerabilidad de sus canciones, Drake se consagra como fenómeno cultural.
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Como sugiere su título, Take Care demuestra que las mejores obras toman tiempo. Después de Thank Me Later, un debut que el mismo Drake consideró apresurado, se asoció con el productor Noah “40” Shebib para desarrollar el sonido de Toronto que él mismo había innovado: una fusión de rap y R&B presente en el espectacular mixtape de 2009 So Far Gone.
El experimento funcionó. Pese a sus 25 años, el actor infantil convertido en rapero había formado una identidad propia. En vez de presentar una imagen artificial de lo que un rapero debería ser, Drake revela su esencia más genuina en “Marvins Room”, el éxito global sobre un chico borracho que llama a su exnovia.
“Tenemos que estar a la altura de un cierto nivel creativo y debemos proteger este legado”.
En “Headlines”, uno de los mejores momentos pop de Take Care, Drake admite que la respuesta a Thank Me Later lo motivó: “Alguien me dijo que me caí/Necesitaba eso” (I had someone tell me I fell off/Ooh, I needed that). Esa tendencia a la honestidad convirtió a Drake en un fenómeno cultural e introdujo una nueva ola de hip-hop revestido de vulnerabilidad.