Una obra maestra que ancló el hip-hop en la gran historia de la música negra.
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Durante la resaca que dejaron A Tribe Called Quest con su debut, el estelar People's Instinctive Travels and the Paths of Rhythm de 1990, la crítica que hasta entonces había ignorado el hip-hop no pudo más que descubrirse ante las producciones sofisticadas y heterodoxas de Q-Tip y unas rimas en las que Phife Dawg no se tomaba nada ni a nadie en serio, empezando por él mismo. Sin embargo, las mismas personas que los ensalzaban pasaban por alto sus hondas raíces en el underground rapero y su verdadero lugar en la historia de la música negra. En más de un sentido, The Low End Theory es un intento consciente de corregir esa falta de perspectiva. Más allá, es uno de los mejores álbumes de hip-hop en toda la historia del género.
De los sinuosos samples de Art Blakey y el aire mitológico de los versos de “Excursions” a la jubilosa anarquía colectiva de la épica “Scenario”, el segundo álbum de la banda tiende un puente entre el jazz y el sonido de contemporáneos neoyorquinos como De La Soul o Brand Nubian. Entre uno y otro, A Tribe Called Quest nos lleva por improvisaciones para las masas, fiestas en el parque y la compleja ciencia de la rima que definió la edad dorada del rap.